El Salon Principal

Me retorcí como una ánguila y le mordí el cuello a mi hermano con saña.
- Toma- le dije- Por ser más rápido que yo.
Edward me mantenía a unos centímetros por encima del suelo.
- ¿Podrías soltarme, por favor?- pregunté con voz dulce- No me escaparé, sabes?

Vi cómo Ed, ofendido, me daba la espalda deliberadamente, enfurruñado. Violet pensaba que era de a de veras y se le veía preocupada pero yo había jugado con mi hermano demasiado tiempo para no entender qué era lo que quería.
Así que me acerqué a él y lo abracé como una niña pequeña. No era bajita, nunca lo había sido. Por eso podía susurrarle al oído con la mayor ternura:
- ¿Me perdonas?- mi voz parecía de miel y mis ojos también. Los usé como dos espejos de arrepentimiento y dulzura... que ya sabía que Ed no podía resistir. Después de todo, seguía siendo, como él mismo decía, su pequeña.

Advertí su resistencia pero sonreí.
- ¿Qué vas a pedirme, Ed?- pregunté bajando la cabeza de nuevo, aunque ahora en un gesto de humildad.

(Mirada sucia? ) Mis ojos seguían siendo de miel y oro, límpidos y cristalinos pero no ayudaba el hecho de que Violet le dijera aquellas cosas a mi hermano. Estaba consciente de que quería ganar la partida, pero Violet me lo dificultaba. Así que le envié una mirada de advertencia y le enseñé la lengua, divertida.

Abrí los ojos de par en par, indignada.
- Abandona la partida a la mitad!- exclamé por lo bajo. Violet tampoco parecía divertida.

entre en el salon. Ya hacia dos dias que no sabia de Ivy ni de Violet, y claro ya se me habia pasado el enfado. Aun asi fui a ver, si querian ir a alguna parte, ya que en fin de semana, me aburria enormemente, sola en casa. Entre en el salon, y me sente en el sillon, esperando a que bajara Ivy...

Violet y yo llegamos y pasamos por el Salón Principal, en busca de mi habitación. Ahí fue donde me encontré a Ann, indolentemente sentada en un illón. Sonreí ampliamente y le guiñé un ojo a Violet mientras no acercábamos.
- Hola!- exclamé con picardía, divertida- ¿Todavía sigues enfadada?

OFF: Me quedaré un ratito pero creo que tardaré en contestar porque tengo que salir. XD

Mire de reojo a Ivy, me levante de un golpe del sofa.

- No, ya no estoy enfadada.- Dije seria, y de forma totalmente fria

Mire como Violet me saludaba.

- Hola.- le contestaba con una ligera sonrisa

Miré a las dos simultanéamente y me eché a reír.
- Vamos, Ann- le dije a ella con tono ligero, poniendo mi cara persuasiva e inocente- No te hice mucho daño ¿O sí? Era sólo un pequeño juego, no pensé que te enojarías tanto.
Le dediqué una lenta y pícara caída de pestañas y sonreí, animada.

Mire con recelo a Ivy, y conteste.

- No me gustan que jueguen conmigo.- Digo mientras hago un largo suspiro.- No lo vuelvas hacer.- Le digo en un tono educado

Me siento un segundo y borro la frialdad y el recelo de mi cara, para mostrar una ligera sonrisa.

Mi sonrisa se tornó dulce pero mi expresión era de advertencia. Le contesté con seriedad:
- Eso no puedo prometértelo. Puede que llegue el día en que, contrario a lo anterior donde sólo lo hice como una broma, me vea obligada a hacerlo por deber y sin remordimientos. Lo siento, pero así son las cosas.

Me eché a reír, mirándola con un cariño que sé le resulto extraño.
- Ten cuidado- le recomendé- Mi voluntad es más fuerte que la tuya. ¿Danzarás ya el juego de la muerte y el poder? Te recuerdo que tienes un enemigo más importante, yo simplemente estoy aquí. Ya sabes que puedo ayudarte pero también perjudicarte... tú decides.