De cacería.

Al salir de su cuarto cruzó la casa sin mediar palabra, estaba hambriento, su tensión inusual se lo confirmaba, espero agazapado en las sombras, mientras escrutaba las tinieblas, como el gran señor de la guerra que era.

Esperaba, tranquilo tras la sombra, en busca de algun animal mediano, quizas un par, para aplacar su constante sed durante un plazo mas largo, quizas un pco de entretenimiento de por medio.

En la lejanía pudo ver un timido animalito, mediano, no lo saciaria pero era un buen entremes.

Desde sus tinieblas se arrojó sobre el animal, con voraz sed, llevaba bastante sin alimentarse.

No tardó en dejar al animla seco. Se limpio con la manga de la camisa, y cerro los ojos, para poder escuchar el bosque.

Lejos de él, casi a dos quilometros, pudo sentir un animal mas grande, se sonrio y se dirigio hasta allí, sediento aun.

Como un Dios guerrero embistio al gran animal, hiriendolo. El animal chillo fúrico y se le vino encima, lo eludio. Salto sobre el, y mordió la vena mas deliciosa de su cuellio, inmovilizandolo.

Bbebio la calida pero insuficiente sangre del animal. Hacia años no probaba sangre humana, por ella, por Alice. Le costaba horrores, pero se habia prometido no hacerlo, ademas estaba en contra de las leyes mejor dicho... dieta de su familia.

No estaba dispuesto a perder a todas esas personas por un poco de exquisito elixir humano.

Miro a su alrededor, tres animales lo rodeaban. Sonrio de medio lado para él.

Los tres animales se le avalanzaron al mismo tiempo, buscando venganza y protegerse, acabó con los tres sin miramientos.

Bebio con lentitud la sangre, caliente, saciandose.

SE volvio a limpiar con la manga de la camisa, saliendo de allí, comenzaba a llover. Con sus dorados ojos buscó el camino de vuelta a casa y salio del oscuro bosque.

Corrió dejando una estela de polvo tras él.