El Sitio del Árbol de Colores

Sonreí ante las palabras de Violet.
- Todavía no te he enseñado todo lo que puedo mostrarte de Forks- le advertí en tono ligero- Bella siempre se ha equivocado, hay bellos lugares aquí... si sabes dónde encontrarlos.
Miré pensativa como, delante de mí, concentrada en las flores, Violet me escuchaba, sin dejar de deleitarse con el aroma delicioso de las plantas.
Pasó un momento. Luego dije en el mismo tono reflexivo que usaba cuando traía algo entre manos:
- Violet... ¿Te gustan las descripciones?

Sonreí con fingida inocencia.
- ¿Podemos jugar un juego?- pregunté, haciendo que mis ojos parecieran brillantes círculos de oro brillante... y persuasivo.
Yo sabía cómo hacer algunas cosas. Tenía en mente algo que quizá podría entreternos un rato.

Dibujé en mis labios una amplia y dulce sonrisa.
- No le he puesto nombre a mi juego- comenté- Pero si estás tan bien dispuesta, me parece que funcionará.
Advertí en Violet la impaciencia y la curiosidad y me reí sin poder evitarlo. Le di un par de vueltas casi bailando al enorme árbol y la miré riéndome, feliz. Violet se acercó y advertí que su verde mirada estaba dividida entre la curiosidad y el desconcierto. En medio de mis travesuras, comprendí que aquello era una faceta que Violet no había visto de mí.
Dije finalmente, después de oírla dos veces más, pidiéndome que le dijera qué estaba ocurriendo:
- El juego consiste- Agarré una flor con cuidado y la alcé hacía el cielo como un trofeo- En escoger una flor y describirla.
Violet me miró, expectante.
-¿Simplemente describirla?- preguntó. Percibí la confusión y cierta desilusión en su voz pero yo sonreí más ampliamente.
- Ah!- exclamé- Pero eso no es todo. No es tan fácil. No sólo tienes que describirme su apariencia, sino también su aroma y lo que te produce en el alma. El punto es que la explores atentamente, encontrando palabras para describir su belleza. ¿Te parece?

Cansado de no encontrar ningun animal que cazar se sento bajo la sombra de un arbol cerca de las chicas, escuchando como Ivy explicaba el juego, sus ojs oscuros iban de una a otra, lo recordaba a la perfeccion.

Sentí de inmediato la presencia de mi hermano pero ni alteré mi sonrisa ni dije nada. Él no estaba acostumbrado pero yo sí, porque él tenía todavía mi sangre y yo tenía la suya, por lo que podía sentir cuando estaba cerca.
También podía sentir el peso de su mirada, tan dorada como la mía, pero no lo mencioné y no di muestras de ello. En vez de eso miraba a Violet que estaba rebuscando entre las flores.
Pero cuando Violet no pudo verme, desvié ligeramente mi mirada de ella y le dediqué una sonrisa a mi hermano.
- ¿Quieres unirte?- le pregunté mentalmente, dejándolo, por vez primera, ver una parte del entramado de mis pensamientos.

Nego con la cabeza solo observaba, perdido en sus pensamientos -Juegen ustedes - se aparecio velozmente a su lado, le sonrio con su sonrisa torcida, que a ella tanto le gustaba.

Le devolví la sonrisa con cariño.
- Entonces, ¿Serás tú ahora el que vas a espiarme a mí?- me burlé amable y mentalmente.

- Solo pasaba por aqui, no seas perseguida pequeña - le dijo mentalmente mientas quitaba la flor de su mano oliendola, el recuerdo lo embargaba al recordar su niñes con Ivy, jugando a aquel juego que su madre habia inventado para ella.

Bajé la mirada de sus ojos a la flor que él sostenía. Comprendí que él todavía se acordaba.
- El juego de las flores- suspiré mentalmente. Violet seguía encantada con las flores pero no podía ver aquel intercambio de pensamientos.
- Ed, ¿Te acuerdas todavía de nuestra madre?

-Vagamente... - contesto apesadumbrado, oliendo la rosa, roja, sintiendo su aroma, tan dulce como la recordaba, a ella, tan hermosa tambien y hasta a veces letal.

- Yo si la recuerdo- pensé, dejando que él sintiera mi tierna sonrisa- Era muy hermosa. Igual que padre era muy apuesto.
Sonreímos ambos. Para mis adentros, me preguntaba:
¿Acaso se acordaría mi hermano que la flor que estaba sosteniendo entre sus finos dedos era mi favorita?

- Tu flor favorita - dijo y se la puso tras la oreja sin que ella pudiera protestar, leyendo en su mente, cada vez el le era mas facil, estaban conectados, pero seguia con los ojos negros como la noche, eso no era nada bueno, mas si al llegar a casa estaba Bella, Sonrio inconsientemente.

Me sobresalté. Por un momento pude leer los pensamientos de Edward como si él me hubiese traspasado su poder. Abrí los ojos desmesuradamente y lo miré.
- No has cazado nada últimamente, verdad?
Él negó con la cabeza y sonrió. Me llevé una mano al cabello donde él me había colocado la rosa y sonreí.
- Gracias- murmuré en voz alta, aunque no era necesario.

La tarde era hermosa y fresca. Añadí entre divertida y tierna:
- Será mejor que vayas a cazar algo o tu pobre Bella podría enojarse por no atender a tus necesidades.

Sonrio, seria lo mejor, beso la frente de su hermana y saludo a Violet con la mano, se alejo de ellas, acecho en las sombras, buscando un animal, una pareja de ciervos remoloneaban muy cerca, se acerco sigiloso.

Observé a mi hermano irse, acechando a unos ciervos que mi vista si alcanzaba a distinguir. Le envié un último pensamiento y me volví para atender de nuevo a Violet:
- Ojala comas bien, hermano. Volveremos a encontrarnos, después.

Cuando los tuvo a su alcanze salto hacia uno de ellos, lo agarro y momenzo a devorarlo, el animal se resistia agitamdose en sus manos hasta el ultimo respiro tiro los restosa un lodo y se abalanzo hacia el otro que habia intentado escapar en vano, se sento, relamio los labios quitandose la sangre de estos y empezo con su segundo festin.

El exquisito olor de la sangre llenó mis fosas nasales. De haber estado sola, habría corrido hacía Ed y le hubiera disputado el festín pero por otro lado, Violet estaba ahí y aunque no se había mo vido ni intervenido, simplemente porque nos estaba observando, ella también merecía que yo le dedicara la completa atención. Después de todo, yo era la que había propuesto el juego. Así que me limité a decirle mentalmente a Edward, riéndome:
- Te aprovechas de que estoy ocupada para cazar enfrente de mí. Si supieras las ganas que tengo de hincarle los colmillos a esos ciervos...

Se carcagio ante el comentario de su hermana en su mente -No sabes lo rico que esta - penso mientas seguia comiendo tranquilamente sentado en la hierba.

Me lo puedo imaginar- repliqué, entre irritada y divertida- ¿por qué no puedes ser bueno y compartir un poco?.- Mi sonrisa se hizo definitivamente persuasiva.

No podia negarle nada a su pequeña - Te dejo la mejor parte a ti - dijo dejando el cadaver a un lado, esperando a que se acerque, satisfecho.

Le lancé una enorme y agradecida sonrisa. Disculpándome con Violet, diciéndole que la vería en un momento (al parecer seguía encantada con las flores, no quería molestarla) me acerqué a Ed que sonreía. Me eché a reír, encantada y me dejé caer con gracia a su lado, comenzando a desgustar aquel manjar. Entretanto, le dije a Ed, medio en broma:
- ¿Nadie te dijo que eres maravilloso? Muchas gracias.. tenía hambre.
Le guiñé un ojo y le sonreí nuevamente.

- Sabes muy bien que cuando quieres puedes obtener muchas cosas de mi - le sonrio acostandose en la hierba con los brazos bajo su cabeza mirando hacia el cielo.