Recepción del Hospital

Sentí alivio al verla sonreír.
- Está bien- dije- No hay que ponerse pesimistas.
Justo en ese momento la enfermera decidió hacer acto de presencia, diciéndonos que podíamos ya pasar. Sonriendo lo más encantadoramente que pude, ayudé a Violet a levantarse y la llevé con mi padre.

Advertí que Violet temblaba al ayudarla a levantarse. Yo no estaba muy segura de si era por la perspectiva de conocer a mi padre o por el mismo padecimiento, pero sabía que ella necesitaría todas sus fuerzas por lo que utilicé mi poder y le ordené en silencio que se relajara. Así lo hizo ella después de un momento y la llevé hacía la puerta detrás de la cual estaba Carlisle, esperando.
Abrí la puerta y ambas entramos a la habitación.

Después de ayudar a mi nueva amiga a que se sentara nuevamente, miré a mi padre, diciéndole muchas cosas en silencio. Carlisle se puso alerta inmediamente y después de saludarnos esperó, amablemente, a que una de las dos se decidiera a hablar.
- Bien- dije al cabo de un tenso y corto silencio, incapaz de esperar más.- Violet, creo que deberías explicarle todo a mi padre.
Ella asintió. Al principio pareció que le costaba hablar pero mi silencio y el de Carlisle, unido a una completa atención, la hicieron más elocuente, de manera que se explicó con mayor soltura sobre lo que le estaba sucediendo.

Sus palabras eran muy parecidas a lo que ya me había explicado pero mi intuición- que a pesar de mi condición vampírica no me fallaba usualmente- me decía que ahí había algo más. Algo oscuro. ¿Pero qué? Esa era la cuestión. No se lo había mencionado a Violet, pero la verdad era que no había recurrido a mi padre por sus conocimientos médicos, sino por la larga vida y las experiencias que había tenido en ella como vampiro.
Entretanto, mi padre no decía nada. En medio de la explicación de la otra vampira, él estaba muy quieto y escuchaba, analizando métodicamente cada perspectiva pero después de que la suave voz de Violet se extinguiera, Carlisle no dijo nada. Tenía la mirada perdida en el vacío.
- ¿Carlisle?- me atreví a preguntarle al cabo de un momento, rompiendo el silencio una vez más.
Mi padre suspiró.
- Creo que no tiene que su estado- dijo finalmente dirigiéndose con tranquila profesionalidad a Violet y confirmando mis más secretas sospechas- No tiene que ver con nada físico. No estoy seguro del todo aún pero me parece que su problema tiene que ver con la mente y es posible que haya otra identidad en juego aqui, quizá uno de los nuestros que intenta dañarla con su poder.
Yo no apartaba la mirada de Violet, cuya palidez natural se había acentuado aún más y por ello pude notar que, a pesar de la tranquilidad que nosotros podíamos infundirle, estaba claramente asustada otra vez.
- Señorita Pigeon- prosiguió mi padre inclinándose en el borde de su asiento y haciendo que Violet le mirara a los ojos- ¿No hay nada más que pueda decirme? ¿Hay alguien que quiera dañarla? ¿O hay alguna situación que no sea fácil para usted?
Conforme las palabras de Carlisle resonaban límpidamente en aquellla estancia, Violet parecía cada vez más impactada y entonces me pregunté qué era lo que estaba sucediendo.

Ladeé la cabeza al oír aquello. Desde luego, esa conversación se estaba haciendo de lo más interesante.
Tenía muchas preguntas pero las que más me causaban curiosidad eran las que menos importaban ahora. Así que sólo dije:
- El vampiro que te transformó... ¿Qué tanto daño quería hacerte?

- En efecto- le respondí con mucha calma.- Me parece que está relacionado. Lo que no entiendo...
Las miradas de Violet y de Carlisle se fijaron en mí. Yo me callé. Luego, cambié la naturaleza de mi planteamiento:
- Mmmmm... Violet, ¿No tienes alguna idea de qué poder tiene tu creador?

Esta vez no dije nada. Simplemente esperaba. Al cabo de un momento dijo mi padre, con voz inalterable:
- Me parece que este es un extraño caso. Me gustaría ayudarla, señorita Pigeon pero me temo que tardaré más tiempo en sacar conclusiones. Mi investigación podría durar un cierto tiempo. Entretanto, ¿Por qué no visita nuestra casa? Estoy seguro de que estar con más de los nuestros la ayudará más que si se encuentra sola.
Advertí que Violet estaba muy sorprendida pero yo sólo sonreí disimuladamente y miré a Carlisle que me devolvió la mirada con serenidad. Le guiñé un ojo con picardía y esperé la respuesta de la chica.

Violet me miraba insegura, como si en algún momento fuera a negarle lo que le había ofrecido mi padre. Por supuesto, jamás se me había pasado por la idea semejante cosa. Era inconcebible. Y tampoco me parecía buena la idea de que nada más pasara un rato a casa, sentía que era peligroso que ella estuviese sola. Además- según observé- con aquel repentino nerviosismo, Violet había quedado otra vez aún más pálida de lo normal, pese a que, hacía unos minutos, hubiera recobrado casi completamente el toño marfileño. Tuve ganas de menear la cabeza con incredulidad pero en lugar de eso esbocé mi más cálida, ampla y sincera sonrisa y le dije sin ambages a Violet:
- Por supuesto que no, Violet. Tú irás a pasar una temporada a casa, no un rato o dos. De eso nada. Todos nosotros, los vampiros, somos una gran familia y debemos apoyarnos unos a otros. Así pues, vendrás con nosotros y no hay más discusión.
Miré a mi padre, que ya estaba asintiendo con la cabeza. A mi lado, sentí como Violet tomaba aire para comenzar a hablar pero no se lo permití. Ladeé la cabeza y la miré fijamente a los ojos, utilizando una pizca de mi poder para ordenarle que no dijera nada.
Ella calló. En sus ojos vi, después de un momento, una mezcla de desconcierto y desvalimiento y una punzada de pena me atravesó. No me gustaba usar así mi poder, pero no tenía opción. Sospechaba que Violet, guiada por su propia voluntad, sería testaruda y no había tiempo.
Así que concluí:
- Padre, sería todo, entonces. Gracias por tu ayuda.

Respiré aliviada. No es que me molestara cargar a la joven Violet, pero aquello era indicio de que se sentía mucho mejor.
- Ven- fue todo lo que dije y eché a correr, después de despedirme de mi padre.
Violet no dijo nada más, tampoco. Simplemente, echó a correr detrás de mí.

*Salimos corriendo del hospital, yo iba siguiendo a Ivy. Al parecer me encontraba mucho mejor y de buen humor además. Corrimos por las calles de Forks en sentido de su casa*

OFF: Bueno ya no se que más poner xDD Yo te sigo, donde postees, postearé. =D

HAha, de acuerdo. Sígueme a mi habitación, aunque dame un minuto, porque tengo que hacer el condenado escrito, jajajajaja
Besos
OFF HERE!