Sala de Estar

- ¿Qué te dijeron?- pregunté, soñolienta. No podía dormir pero había veces que yo dejaba que mi mente viajara tan lejos que no podía prestar atención a lo que me rodeaba, a menos que alguien me hablara.

- Me incorporé, alarmada.
- Tiene el mismo poder que yo- musíté, pálida- O uno muy parecido. ¡Maldita sea!- exclamé.- Por eso me dio tanto miedo. - suspiré- Aunque no temía por mí.
Me dejé caer en el sillón donde me había recostado, otra vez.
- Estoy cansada.- murmuré- Y tú estás loca. ¿Cómo pensabas ir a buscar a semejante ser? Ay, fue un error venir aquí. En mi habitación estabas más protegida. Ahora, sin embargo, tengo que pensar en qué debemos hacer. - suspiré y me froté con las dos manos las sienes, agotada- ¿Sabe él de mi familia?- le pregunté entonces, alerta otra vez.

Suspiré.
- Necesito pensar- musité- Ese vampiro tuyo es peligroso. Al menos no sabe de mi familia.
Miré hacía el techo, inquieta.
- No quiero meter a mi familia en esto- le dije a Violet- Ese hombre puede controlar voluntades y no puedo permitir que controle a tantos vampiros. Sería... catástrofico. - Me estremecí de horror ante la idea- El problema es que necesitamos mi habitación para protegerte y en este momento me preocupa la idea de que nos quedemos aquí, ya que eres vulnerable en este lugar.
Parpadeé.
- Necesitamos un lugar- dije reflexivamente- dónde pueda protegerte y al mismo tiempo no entrometer a mi familia.

Fui empalideciendo progresivamente en cuanto entendí que era lo que intentaba Violet.
Me aferré al sillón con desesperación y tuve que esforzarme por no romperlo en pedazos.
Inhalé aire y abrí desmesuradamente los ojos.
- Dime que no intentarás una tontería como esa- dije con la voz más terrible que se me había oído jamás.
Me levanté de un salto. Fijé mis ojos en los de Violet. No usé mi poder pero le dije con una engañosa suavidad:
- Prometeme que no lo harás- dije. Ni siquiera podía nombrar la acción.
Violet me miró. Yo sabía que, me dijera lo que me dijera, no iba a ceder.
Suspiré y volví a sentarme. Recuperé la voz y mi calma y le dije, con suavidad:
- Puede que mi familia esté a salvo pero tú no. No voy a permitirte que hagas semejante cosa. Somos demasiados los que te conocemos y estimamos. Ese vampiro tendrá que morir pero tú no lo harás.
Advertí que Violet no decía nada y arranqué finalmente todo lo que sentía de mi corazón:
- Violet Pigeon, he perdido ya a la mayor parte de las cosas que más he valorado en este mundo. Mis padres han muerto. Mi esposo y mi hijo ya no están más. Ed ya no es el mismo. ¿Cómo puedes pensar que voy a permitir que la mejor amiga que he encontrado en este mundo se vaya también?
Se me quebró la voz y empecé a temblar con violencia. En mi mente seguían circulando las imágenes del pasado. Mi esposo y mi hijo convertidos en cenizas.
Por todos los vampiros, aquello era ya demasiado.

Estaba tratando desesperadamente por calmarme pero me estaba resultando muy difícil. Podía sentir cómo la decisión de Violet no se había aflojado en lo más mínimo, pese a sus palabras y eso no podía, de ninguna manera, hacerme sentir mejor. Temblaba.
Pero finalmente me calmé.
- Estoy bien- dije con cierta brusquedad. Advertí con pena cque había herido a Violet, pero, ¿Cómo quería que reaccionara después de lo que había descubierto?
- No, no quiero que vayamos a casa- dije al cabo de un momento, más tranquila- Lo que quiero es que dejes de pensar esas tonterías. Eso no me hace sentir mejor.
Me recosté de nuevo sobre el sillón y cerré los ojos. No quería mirarla.

OFF: Siento contestar hasta ahora. Se fue la luz en mi casa pero ya ando por acá ^^

*Suspiré aliviada cuando Ivy volvió en sí. Decidí que lo mejor sería dejarla en paz y que descansará ya habría tiempor de regañarme por mis tonterias después.*

-Bueno, prometo calmarme y pensar las cosas de ahora en adelante. Descansa, luego me puedes gritar.- le dije y me senté en otro lado.

*No quise hacer ruido, Ivy merecia descansar un poco. No me moví, parecia una estatua. Aunque sabia que Ivy seguía molesta.*

OFF: Descuida ^^ Tambien tuve que irme... =D pero bueno tambien ya estoy aqui.

Empecé a reírme, seca, amargamente pero no abri los ojos
- ¿Estaba gritando?- pregunté, divertida- Lo siento. Yo... necesito un momento.
Odiaba manifestar que me sentía débil. Aquello era indigno de un vampiro y lo sabía. Suspiré.
- Has lo que quieras- dije resignada- Ya estoy demasiado cansada para impedirlo. Pero te lo digo de una vez, nada bueno saldrá de esa acción. Eso si puedo prométertelo.
Me llevé las manos a la cara y sentí la aliviante frialdad que emanaban.

- De acuerdo- dije- Pero si no estás aquí pronto, me enfadaré otra vez.
Me eché a reír. Había recuperado algo de humor. Permanecí en la misma posición hasta que Violet salió de la habitación. Y fue entonces cuando me levanté y errando por la sala de estar, comencé a cantar con el rostro inexpresivo y la mirada triste:
Hubo una vez un cuento
Una niña, un cielo azul zafiro
Un mundo bello.
Pero todo se acabó
La niña murió, el cielo se hizo gris
El mundo es ahora un caos.
Hubo una vez una familia
Una esperanza, dos amores
Pero ya nada está ahí
La esperanza se desvaneció
Uno de los amores se esfumó
El otro está moribundo
Y la familia ya no es lo que era.
Y mi voz resuena
En la pared azul
En el árbol verde
Pero ya no tiene significado.
Todo lo que es bueno ha desaparecido
Y tampoco queda lo malo
Sólo la nada
La nada negra
Este dolor sin reparo
Y esta dulce tristeza.
Suspiré y callé. Violet no había regresado. Decidí ir con ella, no fuera que le hubiera pasado algo. Sonreí ante la ironía de las cosas y salí de la sala de estar para entrar a la habitación de Violet.

Había pensado que la casa iba a estar vacía, pero al escuchar la música comprendí que no era así.
Advertí que Violet me miraba cuando me introduje en la habitación y caminé resuelta hasta sentarme a su lado.
- Hola- dije, intentando sonreír- Lo siento.

Sonreí con dulzura.
- En realidad no es nada- contesté- Es que a veces necesito estar sola... no tiene nada que ver contigo. Sé que te debo una disculpa. ¿Me perdonas?

Uy- exclamé, divertida, mientras volvia a sentarme- Vaya susto que me has dado. Creí...
Me reí un momento, necesitaba destensarme y volví a sentarme.
- ¿Qué hacemos?- pregunté perezosamente mientras echaba la cabeza hacía atrás y sonreía, satisfecha.

-Oh bueno te debo una sorpresa, ya lo había olvidado... Pero aún no es tiempo, asi que podemos hacer algo antes.- dije y me puse a pensar. -Y si vamos a provocar a los lobitos de La Push?- dije sonriendo.

*Esperé a ver la reacción de Ivy.*

OFF: A ver si Flor nos presta a Matt ^^

OFF: A ver ^^
En otras circunstancias no lo hubiera hecho pero estaba de un humor extraño, así que sonreí con cierta ferocidad y dije:
- Me parece bien.