El Salon Principal

Entrecerro los ojos - sigues igual que siempre - dijo con una sonrisa - lo que no entiendo es como no he podido ver en ellos que ya te conocian...

- Una vez más, los poderes tienen su utilidad- sonrío- Es la única cosa que jamás has podido ver en sus mentes, la constancia de mi existencia.

Cerro los ojos por un instante, era imposible consentrarse - Lo haz hecho bien hermanita - dijo con reselo - porque me lo haz ocultado?

- Porque no quería entrometerme en tu vida- digo con ternura- Además, es más divertido observar a tu lindo e irritante hermano mayor sin que él se dé cuenta.
Lo observo atentamente, sonriendo.
- Tú si has cambiado un tanto- comento con dulzura- Aún me acuerdo del adolescente entusiasmado por la guerra y lo épico... ¿Te acuerdas todavía, Ed?
Llevada por el entusiasmo de los recuerdos, me acerco hasta mirar sus ojos tan dorados como los míos propios.
- ¿Te acuerdas todavía de aquellos tiempos, en los que tenías los ojos verdes y yo jugaba a persuadirte para que pasaras tiempo con tu pequeña hermana?

- Para no acordarme... - dijo acariciandole la mejilla, con ternura - No me dejabas en paz - dijo burlonamente - eras una completa traviesa - sus ojos de iluminaron, recordando antaño, con esa pequeña, tan dulce.

- Tenía que molestar porque no siempre cedías a la primera- replico yo, mientras nuestros ojos vuelven a encontrarse y advierto en sus pupilas el retroceso del tiempo...
Yo sé muy bien que está recordando... porque es lo mismo que yo puedo contemplar.

Un salón antiguo lleno de la fragante luz del atardecer, su esbelta figura mirando por la ventana y yo escrutando su postura con ojos pardos veteados de verde, sonriendo, sabiendo que una vez más pediría su atención y la conseguiría... porque así había sido siempre.
- Ed...- mi voz suave cuidadosamente preparada, ligeramente suplicante, totalmente persuasiva.- ¿Podrías hacer algo muy pequeño por mí?
Lo recuerdo volviéndose lentamente, riendo con su sonrisa torcida y sus ojos verdes llenos de cautela...
- ¿Qué pedirás esta vez?
Estoy segura que Edward recuerda mi tonta mueca desvalida y mis ojos abiertos de par en par en un gesto fervoroso:
- Es sólo una nimiedad. Tan sólo...
Nuestros recuerdos se han cortado en ese instante, porque lo demás ya no es tan importante.
Suspiro nuevamente.
- Extraño esos tiempos.- confieso impulsivamente- Antes era todo tan fácil... Y ya nada es lo mismo.

- Lo se mi pequeña, lo se - dijo abrazandola - no podia negarte nada, eras mi adoracion - sonrio recordando y le beso el cabello.

- Ahora todo ha cambiado tanto- susurro con voz ajena a la mía, relajada en su abrazo pero tensa a un mismo tiempo- Tú pensaste que había muerto y ahora tienes un motivo de vida.
Cierro los ojos mientras mis labios repiten en voz muy baja
- Bella, Bella, Bella. Es una buena chica, adecuada para ti. Te he estado observando mucho tiempo y es grato que estés mejor pero me pregunto...

Sus ojos se iluminaron de una forma que solo el recuerdo de Bella lo podia poner asi - Me alegro que sea grato para ti, ers muy importante - le sonrio - pero... - la animo a seguir.

- Nada- digo con la suave y tranquilizadora sonrisa que siempre me ha servido también.- Es sólo un eco de un pasado que ya se fue.
Me separo de Ed y camino hacia la puerta.

La miro salir con una sonrisa torcida, subio a su habitacion.

Entro en el salon, miro hacia ambos lados. Tengo un papel en la mano con la direccion de la mansion, espero no haverme equivocado...

- Los cullen.- Digo con voz despreocupada

Me rio al encontrarme con Rosalie en las escaleras y escuchar su pensamiento, que sin querer ha dicho en voz alta.
- Quizá esté con Jazz- le contestó aunque sé que ella no me ha pedido mi opinión- ¿Necesitas algo?

Me acerco y observo que en las escaleras se encuentra dos mujeres. No se si deberia acercarme o tal vez esperar....

Finalmente me dejo ver...

Observo a la recién llegada con curiosidad.
- ¿Quién eres tú?- le pregunto sonriendo- ¿Otro fantasma más de esta casa?

Miro curiosa como una de las jovenes me pregunta quien soy. Sonrio de oreja a oreja, y le contesto.

- Me temo que no.- Le digo mientras me voy acercandome lentamente mas hacia ellas.- Soy una nueva vecina, y claro mi madre me enseño a ser educada y pasar a saludar a los vecinos.- Le digo mientras me guardo el papel que antes sostenia, en mi bolsillo derecho.- Me llamo Ann y tu eres una de la familia Cullen o tal vez otra vecina de paso?

Empecé a reír sin poder evitarlo.
- ¿Tú que crees?- pregunté todavía sonriendo- ¿Te parezco una vecina de al lado?

Me rio junto a ella, curiosa ante su respuesta.

- Ah!, ya veo-Digo mientras mi poder especial que indaga en los recuerdos de la joven, y descubro muy poca cosa.- Si, eres una cullen por asi decirlo.- Le digo mientras intento concentrarme para poder extraer alguna informacion que pueda ayudar en mi busqueda.- Ivy, no?.- Le digo mientras sonrio de oreja a oreja

Sonrío.
- En efecto- contesto mientras uso mi propio poder para detenerle el paso de mis recuerdos. En efecto, no vio gran cosa.
- Entonces- continuo sin aflojar mi voluntad de la joven vampira que probablemente no entienda por qué no puede ver a fondo mis percepciones- ¿Qué te trae por aquí... Ann Damel?
Me siento curiosa acerca de esta chica. Su poder es grande y no me gustaría usar de nuevo el mío. Después de todo, poder hacer que todos hagan lo que tú digas no siempre es tan agradable.

Sonrío.
- En efecto- contesto mientras uso mi propio poder para detenerle el paso de mis recuerdos. En efecto, no vio gran cosa.
- Entonces- continuo sin aflojar mi voluntad de la joven vampira que probablemente no entienda por qué no puede ver a fondo mis percepciones- ¿Qué te trae por aquí... Ann Damel?
Me siento curiosa acerca de esta chica. Su poder es grande y no me gustaría usar de nuevo el mío. Después de todo, poder hacer que todos hagan lo que tú digas no siempre es tan agradable.

De repente un torrente de poder, para la via de informacion dejandome ciega. Y sin poder indagar en sus recuerdos. Seria logico, poder, poner una barrera si se supiese que se indagan en estos. Sonrei hacia mi misma. Parece tener fuerza, sera muy interesante, conocer mas Cullens.

- Como bien dije presentarme...- Sonrei, de oreja a oreja.- Aunque por supuesto tengo segundos motivos, pero no debeis preocuparos, no tiene nada que ver con vosotros.- Le digo mientras me pongo mas rigida y seria.- Tengo una cuenta pendiente, con un amigo que tendria que haver llegado ya, ademas me gusta las sorpresas, y por eso no quise decir nada

Curioso, pero cierto, dandole la informacion necesaria a una persona con ese poder podria ser muy beneficioso. Ya que mi poder para destruir la mente y dejar en estado vegetal, seria demasiado bestia para mi dulce venganza.

Enarqué una ceja antes las palabras de Ann.
- Comprendo- dije con cautela, percibiendo parte de sus intenciones en el entramado de sus complejas emociones (un truco que había aprendido de Jasper ).
Miré a Rosalie y advertí que ella no iba ni a intervenir ni a hablar conmigo. Así que volví a dirigir la vista hacía Ann y continúe, sonriendo otra vez:
- Me parece que quizá nosotros podremos ayudarte- y alteré un tanto mi sonrisa para que ella se diera cuenta que con "nosotros" hablaba de mí.- Me gustaría saber más para ver en qué podemos apoyarte. ¿Quisieras venir conmigo por aquí?
Señale un lugar más apartado del mismo salón principal. Esperaba que se diera cuenta de que era por Rosalie... porque no quería que nadie de mi familia se metiera en el asunto, sobre todo porque empezaba a intuir que aquello no sería precisamente divertido.

Vi como Ivy me aseñalaba un lugar mas apartado del salon. Pude ver un poco sobre la otra joven, no queria mucha informacion tan solo la necesaria. Vi lo suficiente como para saber, que se llamaba Rosalie y que Ivy no queria que nadie mas se enterara de toda la historia.

- Por supuesto.- Le dije mientras nos dirgiamos en la zona mas apartada.- No quiero meterte en problemas, mi visita a mi amigo sera algo muy intimo, tal vez no te guste lo que veas, y si ademas puede que entre problemas con tu familia no desearia, ocasionarte tantas molestias.

Le digo poniendome rigida mirando hacia Rosalie.

- ojala tuviera una familia, ellos son los que importan.- Le digo mientras mi mente viaja por el tiempo, en aquel preciso momento donde era feliz.- Perdona.- Digo mientras intento concentrarme.- si deseas ayudarme podras, pero no quiero ponerte en peligro por mi culpa.

Al percibir la verdadera personalidad de Ann detrás del odio y la angustia y advertir la amargura y el dolor que se encerraban en su voz al hablar de la familia, sentí como mi rostro se suavizaba y mis defensas se aflojaban ligeramente.
Sonreí con dulzura.
- No te preocupes- le dije a Ann amablemente- Te entiendo mejor de lo que tú crees. Pero creo que no debes inquietarte por mi familia. Te ayudaré, si así lo deseas y si me permites hacerlo. Pero me gustaría que fueras sincera conmigo, para poder serlo contigo.
Sabía que mis ojos destellaban sinceridad. A decir verdad, me sentía mejor ahora que no tenía que usar mi poder y en verdad deseaba saber qué podía hacer por la nueva húesped.
Empero, no dije nada más. Esperé la respuesta de Ann mientras la invitaba a sentarse junto a una ventana.